Ahora no tengo ganas de pensar. Hace cuatro noches que no duermo y me da miedo volver al hospital porque no sé lo que me encontraré allí.
Seguramente que me encuentre con mi “enemiga”. Lo que me hará pasarlo muy mal.
Llevo más de siete años allí pero hasta hace cuatro días no tuve problemas.
Fue aquel martes siete de mayo, en la habitación cincuenta y uno de la segunda planta del hospital en el que trabajo o trabajaba, no me acuerdo.
Era un hombre de unos treinta años. Tenía una gran herida, debido a un gran accidente de tráfico.
Desde aquel día no puedo ver la sangre. A partir de ese día, ni duermo ni como bien.
Busqué información y encontré que la fobia: se llama “homofobia” y me preocupa bastante.
Todavía no se lo he contado a nadie, pero temo que allí algo sospechan, ya que trato de no acercarme a ella.
Esta tarde me toca ir. Me estoy preparando para lo que me encuentre.
Llego el momento, me toca salir y enfrentarme a mis miedos…
De pronto escucho un ruido y me tocan el brazo, entonces me doy cuenta que estaba dormida y todo había sido un mal sueño.
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